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Andrés Jaimes – Octubre 2024

Los OKR se dividen en dos partes: el Objetivo y el conjunto de Resultados Clave que lo acompaña. Cada Objetivo tendrá entre tres y cinco Resultados Clave, y estos Resultados Clave representan las medidas y los hitos que el equipo seguirá en el camino hacia alcanzar sus objetivos.

Los Resultados Clave deben ser específicos y tener un límite de tiempo para cumplirse.  También se recomienda que sean agresivos, pero al mismo tiempo realistas. Y, sobre todo, deben ser medibles y verificables. Al final del ciclo no hay duda de si se han cumplido o no.

Con esto en mente, unos Resultados Clave bien definidos permitirán medir el progreso. Un equipo debería poder realizar un seguimiento de un Resultado Clave y ver si están en camino de alcanzar el objetivo.

Gran parte del poder de los OKR reside en tener un seguimiento estructurado, y lograr que el progreso y los logros formen parte de las conversaciones diarias del equipo. El seguimiento nos lleva a centrarnos en lo que más importa en un momento dado. Y nos lleva a suspender o posponer actividades que no importan tanto en este ciclo.